¿CONOCES EL ORIGEN DE LA FACHADA DE MADERA QUEMADA?
El revestimiento de madera quemada es el resultado de una técnica de protección natural de la madera de origen japonés, también llamada shou sugi ban.
¿CÓMO FUNCIONA LA FACHADA DE MADERA QUEMADA?
El revestimiento de madera quemada consiste en quemar en profundidad la superficie de un tablero para obtener una capa superficial de carbono. Los tablones de madera finalmente procesados se utilizaban entonces como revestimiento de las casas de madera. El shou sugi ban se sigue utilizando hoy en día en Japón para las casas tradicionales, pero también para revestir edificios modernos y contemporáneos.
Tradicionalmente, este proceso de tratamiento consiste en ensamblar tres tablones de cedro japonés (sugi) para formar una chimenea al pie de la cual se enciende un fuego. La llama comienza en el fondo y se extiende hacia arriba a medida que la madera arde. Cuando se alcanza el tiempo de combustión, el fuego se detiene.
POR QUÉ UN COMPROMISO CON EL REVESTIMIENTO DE MADERA QUEMADA
El revestimiento de madera quemada suscita un gran interés. Los principales diseñadores del mundo han adoptado esta técnica, que permite una gama infinita de variaciones visuales en el revestimiento de la superficie. Los colores van del negro intenso al negro con reflejos grises o azules. Diferentes texturas según la intensidad con la que se haya raspado o quemado la madera. Es posible obtener una superficie tan sedosa como la piel o, por el contrario, conservar las irregularidades de la madera y su aspecto de “carey”. Cada tabla de madera está cubierta por una capa de carbono única.
Este tratamiento puede utilizarse tanto en interiores como en exteriores, para el revestimiento de fachadas, vallas, muebles o revestimientos de paredes. Se integra perfectamente en el estilo contemporáneo. La madera quemada de la fachada de la casa es un acabado elegante que aporta sobriedad y singularidad al edificio. Las sólidas paredes y las absorbentes estructuras negras, combinadas con las oscuras ventanas panorámicas con cristales tintados, conforman un edificio impresionante.
La decisión no estándar de utilizar madera quemada en la fachada de la casa se ha convertido en una herramienta para su integración en una naturaleza a veces salvaje. El negro simboliza la sombra del bosque y, al estar rodeado de una densa vegetación, se funde literalmente con el paisaje.
La quema de madera en la fachada de una casa es principalmente una técnica funcional más que estética. Utiliza madera tratada según la tecnología japonesa yakisugi, que se centra en la naturaleza permanente y el lento crecimiento del árbol.
Es importante saber que si su casa tiene una fachada de madera quemada, esto significa que su casa es resistente al fuego, no se pudre, no le afectan las plagas ni el clima.
El revestimiento de madera quemada es, por tanto, una opción elegante y funcional que aporta originalidad al edificio que cubre. El edificio así adornado no sólo es original en el contexto del diseño, sino que también tiene una atmósfera especial, un aspecto sofisticado y está particularmente en consonancia con la tendencia actual
¿POR QUÉ ELEGIR el revestimiento de madera quemada?
PROPIEDADES del revestimiento de madera quemada
Pátina
“Wabi Sabi” es el término japonés que designa la forma en que la madera quemada desarrolla una pátina. Este es el argumento poético de la belleza del envejecimiento. Envejecer con gracia de forma natural en lugar de hacerlo artificialmente, utilizando productos químicos. Al elegir la fachada de madera quemada, se obtiene una fachada única y sin mantenimiento. Luego, esta fachada se vuelve plateada con el tiempo. Se puede adquirir una imprimación negra si, después de varios años, se desea conservar el aspecto negro original.
Respeto del medio ambiente
Además de que la fachada de madera quemada se produce según una fórmula no tóxica, generalmente se utiliza madera con las etiquetas FSC y PEFC. Esto significa que no se corta más madera de la que el bosque puede producir. Además, garantiza la protección de los animales y las plantas y que las personas que trabajan en el bosque reciban formación y un equipo de seguridad y salarios adecuados. Esta técnica de fachada de madera quemada está, por tanto, marcada por la preocupación por el medio ambiente y está en consonancia con el enfoque actual de la construcción sostenible y ecológica.
¿QUÉ ES EL REVESTIMIENTO QUEMADO?
El revestimiento quemado, o yakisugi, es el resultado de una técnica de protección del revestimiento natural de origen japonés, también llamada shou sugi ban. Consiste en quemar profundamente la superficie de una tabla para obtener una capa superficial de carbono. En aquella época, las tablas de revestimiento procesadas se utilizaban como revestimiento de las casas de tablones. El shou sugi ban se sigue utilizando hoy en día en Japón para las casas tradicionales, pero también para el revestimiento de edificios modernos y contemporáneos
Tradicionalmente, este proceso de tratamiento consiste en ensamblar tres tablones de cedro japonés (sugi) para formar una chimenea al pie de la cual se enciende un fuego. La llama comienza en la parte inferior y se extiende hacia arriba a medida que el revestimiento se quema.
Cuando se alcanza el tiempo de combustión, el fuego se detiene con agua.
Aunque su origen suele atribuirse a Japón, esta técnica es tan antigua como el mundo.
Ya en la prehistoria, el endurecimiento de los revestimientos sobre el fuego se utilizaba para cazar mamuts, como atestigua el novelista prehistórico Jean M. Auel en su serie de libros Le Clan des ours des cavernes. Más recientemente, en la Edad Media, se quemaba la base de los postes antes de clavarlos en el suelo al diseñar las vallas. Asimismo, en Canadá, esta técnica es muy común, los canadienses la denominan torrefacción del revestimiento.
Hoy en día la técnica ha evolucionado y el revestimiento se quema en hornos especializados. Sin embargo, cualquiera puede quemar su propio revestimiento en casa.
¿POR QUÉ HAY TANTA MANÍA CON LOS REVESTIMIENTOS QUEMADOS?
Los principales diseñadores del mundo han adoptado esta técnica, que permite una gama infinita de variaciones de aspecto. Los colores van del negro intenso al negro con reflejos grises o azules. Diferentes texturas según la intensidad con la que se haya raspado o quemado el revestimiento. Es posible conseguir una superficie sedosa como la piel al tacto o, por el contrario, conservar las irregularidades del revestimiento y su aspecto de “caparazón de tortuga”. Cada placa de revestimiento está cubierta por una capa de carbono única.
En Japón, el famoso arquitecto Terunobu Fujimori ha realizado varios proyectos con revestimiento quemado, que puede utilizarse tanto en interiores como en exteriores para el revestimiento de fachadas, vallas, muebles y paredes. Es un complemento perfecto para el estilo contemporáneo. Aquí puedes encontrar ideas para el revestimiento quemado.
¿CUÁLES SON EXACTAMENTE SUS VIRTUDES?
Por sorprendente que parezca, el objetivo principal de los revestimientos quemados era proteger las casas… del fuego. El riesgo de que el fuego se propagara de una casa a otra en un pueblo era demasiado grande y habría causado estragos. El revestimiento quemado cubierto con esta capa de carbono retrasó considerablemente la propagación del fuego. Esta técnica también ayuda a combatir plagas como los insectos comedores de madera, que ya no pueden alimentarse de la celulosa y la lignina del revestimiento porque se han convertido en carbono, que no es comestible para estos insectos. Los hongos comedores de madera tampoco crecen. Esto significa que el revestimiento puede almacenarse durante más de 80 años.
Por último, esta hermosa capa superficial de carbono proporciona una protección natural contra los rayos UV del sol, la principal fuente de daños en los revestimientos exteriores.
Desde el punto de vista ecológico, el proceso es totalmente natural. Hablamos de la construcción ecológica. Y esto atrae cada vez más a las nuevas generaciones que buscan algo más natural y sostenible.
¿CÓMO SE HACE UN VERDADERO SHOU SUGI BAN?
Sugi significa cedro japonés. El revestimiento es lo que tradicionalmente se protege con esta técnica. Pero este tratamiento también puede aplicarse al abeto Douglas y, en general, a todos los revestimientos de madera blanda.
Para conseguir esta técnica, se necesitan unos diez minutos por tabla (dependiendo del aspecto deseado) para quemarla en un gran lecho de brasas o con un simple soplete. Para que la carbonización proteja suficientemente el revestimiento, debe tener un grosor de 3 a 5 milímetros. Una vez quemada, la superficie se rocía con agua para detener la carbonización. El exceso de carbón se puede eliminar con un cepillo para ajustar el acabado de la superficie.
Es el tratamiento de revestimiento más natural y duradero. El único inconveniente es que deja marcas negras al contacto y que la capa de carbón es frágil y sensible al roce y a la intemperie.
Encontrará muchos vídeos que muestran el proceso de fabricación. Requiere algo de equipo y paciencia, pero cuidado con las quemaduras, esta técnica puede ser peligrosa. En caso de duda, es mejor dejarlo en manos de los profesionales.
El revestimiento quemado, también conocido como revestimiento quemado, Shou Sugi Ban y Yakisugi, es una técnica tradicional japonesa que ofrece muchas ventajas, como mejores propiedades, mayor durabilidad y menor mantenimiento en comparación con otros tipos comunes de revestimiento. En la última década, el revestimiento Shou Sugi Ban ha ganado popularidad en todo el mundo. Este tipo de suelo es más que una tendencia de diseño.
El revestimiento carbonizado ofrece un revestimiento único, duradero, respetuoso con el medio ambiente y bonito para todo tipo de viviendas. El proceso de carbonización del revestimiento se inventó en Japón en el siglo XVIII. Se trata de un método de conservación del revestimiento que consiste en quemar la superficie en distintos grados y luego recubrirla con aceite. El arte japonés del Yakisugi aumenta la resistencia al fuego del revestimiento, resalta su belleza natural y aumenta su durabilidad y resistencia a los elementos. Los expertos de Shou Sugi Ban queman cada tabla de revestimiento por ambas caras con un soplete. La parte exterior del revestimiento, la celulosa, se quema, dejando sólo la lignina negra. El proceso de combustión es deliberado y cuidadosamente controlado. Según el proyecto, parte del carbón se raspa con un cepillo duro antes de sellarlo con un aceite no tóxico. Los compradores pueden elegir el tipo de revestimiento y el grado de carbonización que desean, en función del proyecto. El revestimiento carbonizado puede ser menos costoso que otros tipos comunes de revestimiento, a la vez que ofrece un resultado único que dura décadas. También es más fácil de trabajar porque la carbonización ablanda el revestimiento. Incluso el revestimiento recuperado puede ser una excelente opción para la carbonización. El proceso de Shou Sugi Ban es totalmente artesanal, lo que da como resultado un producto de belleza, durabilidad y resistencia únicas.
Shou Sugi Ban ofrece varias ventajas importantes que lo distinguen de otros tipos de revestimiento. Dependiendo del tipo de revestimiento y del propio proceso de carbonización, se puede encontrar en todos los patrones, texturas y tonos imaginables. Esta versatilidad la convierte en una solución perfecta para una gran variedad de estilos arquitectónicos, desde el contemporáneo hasta el tradicional. Además de una apariencia única que no se desvanece con el tiempo como las soluciones comunes de revestimiento no tratadas, el revestimiento Yakisugi es extremadamente resistente a las condiciones climáticas extremas. La mayor ventaja del revestimiento quemado es probablemente su inigualable durabilidad.
Con una fantástica resistencia a las hormigas, las termitas y otras plagas, este tipo de revestimiento puede proteger su casa durante 100 años. Lo único que hay que hacer es engrasarlo una vez por década, por lo que el coste de mantenimiento es mínimo y no hay que preocuparse por su sustitución. Con todos estos beneficios, el revestimiento quemado es una opción fantástica para vallas, porches, terrazas, patios y muchas otras aplicaciones, dando a su casa un aspecto verdaderamente único y aumentando enormemente su atractivo.
Mantenimiento
El Shou Sugi Ban es una técnica totalmente natural para conservar los revestimientos. Se trata de una solución muy respetuosa con el medio ambiente, ya que no se utilizan productos químicos nocivos en el proceso. El revestimiento quemado debe volver a aceitarse cada 10-15 años para mantener su hermoso color natural y sus propiedades. Se pueden utilizar muchos tipos de revestimiento para el Yakisugi: desde la Accoya, el alerce y el pino hasta el abeto y el cedro, por nombrar sólo algunos. Los revestimientos más populares para el revestimiento carbonizado son el alerce, el pino y el cedro. Reflexiones finales Los revestimientos japoneses de cal son hermosos y atractivos, y proporcionan un acabado totalmente natural a su casa que es tan fiable como bello y eficiente desde el punto de vista energético. El proceso Shou Sugi Ban es una opción fantástica para muchos tipos de proyectos diferentes. El revestimiento quemado es una forma no tóxica de mejorar el atractivo de su propiedad sin tener un impacto negativo en el medio ambiente. La popularidad de los revestimientos Yakisugi ha crecido considerablemente en los últimos años, y cada vez son más las personas que recurren a ellos como alternativa asequible y respetuosa con el medio ambiente a los tipos de revestimiento convencionales. Si está considerando esta opción para la casa de sus sueños, las soluciones de revestimiento de Degmeda pueden ayudarle. Con muchas opciones para elegir, seguro que encontrará la solución ideal para su proyecto. La empresa lleva diez años de éxito, con un equipo de expertos y una amplia gama de productos dispuestos a dar vida a todas sus ideas. El revestimiento quemado Shou sugi ban es un producto natural y muy duradero, originalmente un acabado japonés para las casas, que revela la belleza del revestimiento natural conservado. ¿Qué es el revestimiento Shou sugi ban? El shou sugi ban es un antiguo acabado de revestimiento carbonizado japonés que se crea quemando la superficie del revestimiento para conservarlo. El producto final también se conoce como Yakisugi (yaki significa hornear/quemar y sugi es el nombre japonés del cedro), pero shou-sugi-ban parece haberse impuesto como el término más utilizado en inglés, y a veces se conoce simplemente como acabado de revestimiento carbonizado.
Fabricado normalmente con tablones de cedro o alerce, la fina película de carbono que se crea durante una quema superficial muy ligera protege el revestimiento. Así se extrae la humedad y el compuesto químico resultante protege el revestimiento. El cedro y el alerce son materiales de revestimiento locales, muy duraderos y resistentes a la putrefacción. Este proceso también puede realizarse con otros revestimientos comunes como el pino, la cicuta, el arce o el roble y es el acabado perfecto para el exterior de diversos materiales de revestimiento. ¿Cómo se hace el acabado del revestimiento carbonizado? Las tablas de revestimiento se queman por ambas caras, lo que suele hacerse con un soplete. A continuación, se eliminan los restos de carbón de las tablas con un cepillo duro y se aclara el material con agua. Una vez seca la tabla, lo ideal es aplicar un aceite natural no tóxico para sellarla. Los colores suelen ir desde un rico color natural de revestimiento hasta un negro intenso. El aspecto final viene determinado por el tipo de revestimiento, la extensión de la quemadura y el vigor del cepillado. Es posible manipular aún más el color utilizando un tinte en lugar de un aceite. Ventajas: Durable y duradero: la esperanza de vida del shou sugi ban se estima en más de 80 años si se mantiene adecuadamente. Ciclo de vida: El revestimiento es un recurso renovable y no requiere productos químicos para su acabado. Seríamos negligentes si no reconociéramos que los combustibles fósiles son necesarios para el proceso de combustión, pero la vida útil resultante hace que este sacrificio sea insignificante. Estética: Se puede conseguir una gran variedad de bellos colores en función de la profundidad de quemado y de la profundidad de cepillado, para modificar o realzar los colores, y también se puede matizar. Resistencia al agua: La combinación de revestimiento carbonizado y aceite hace que el tablero sea resistente al agua y al moho. Resistencia al fuego: aunque no lo creas, la combustión de los revestimientos puede conferirles propiedades de resistencia al fuego. ¿Quién lo hubiera pensado? Resistencia a los insectos: Las termitas y otros insectos problemáticos odian los revestimientos quemados. Mantenimiento: Si el uso previsto es dejarlo en el exterior y expuesto a la intemperie (revestimientos, vallas, cubiertas duraderas), debe aceitarse cada 10 o 15 años aproximadamente, lo que es bastante habitual para el tratamiento de revestimientos exteriores.
Conservará mejor su color y seguirá siendo resistente al agua durante más tiempo si se mantiene bien. Para su uso en interiores, donde principalmente se verá y no se tocará, prácticamente no necesitará mantenimiento. Cuando se utiliza como mueble, el mantenimiento necesario depende del uso que se le dé: una mesa de centro puede soportar más abusos que otras piezas. Pero el mantenimiento de los revestimientos aceitados es bastante sencillo; basta con un rápido lijado a mano, si es necesario, y una sola capa de aceite. Revestimiento Shou sugi ban y revestimiento torrefacto :
Existe un tratamiento de revestimiento relacionado llamado revestimiento torrefacto o revestimiento termomodificado, en el que las tablas fresadas se cuecen en un horno a alta temperatura. Durante este proceso se elimina casi toda la humedad, lo que puede cambiar la estructura cristalina de la celulosa. Esto hace que el revestimiento sea más estable dimensionalmente y resistente al crecimiento de hongos, pero en esta fase es menos resistente al impacto y la abrasión. Además, la carbonización del shou-sugi-ban es lo que le confiere su protección contra la radiación UV. Con los revestimientos torrefactos faltan algunas de estas características ventajosas, y las manchas y los aceites no se adhieren tan bien después del tratamiento. Cómo hacer un revestimiento de shou sugi ban: Para obtener un acabado homogéneo, es necesario ser muy preciso. El soplete debe pasarse a la misma velocidad y mantenerse a la misma distancia del revestimiento para conseguir una combustión uniforme. También puede utilizar carbones de una hoguera, pero obtendrá un acabado mucho más desigual. Producción de revestimiento carbonizado Shou sugi ban image via Youtube Siempre es importante ser preciso, pero no es tan fácil cometer errores al eliminar el exceso de carbono. Mantenga una presión uniforme sobre el cepillo y muévase siempre en la dirección del grano. Este paso puede ayudarte a devolver a las tablas el color deseado si las has quemado demasiado en algunas partes, cepillando un poco más enérgicamente. Cuando aceite el revestimiento, extiéndalo uniformemente sobre la superficie con un paño o un cepillo (en la dirección de la veta, por supuesto). Limpie el exceso y deje secar; se recomienda dar una segunda capa de aceite en esta fase. Hay que aceptar ligeras variaciones de color y consistencia si quieres probarlo tú mismo, pero si realmente quieres que el color sea uniforme, lo mejor es comprarlo a un fabricante profesional.
Los revestimientos recuperados también pueden ser una opción Shou sugi ban respetuosa con el medio ambiente, ya que el acabado quemado debería igualar las diferencias de color de las tablas de revestimiento recuperadas. Por lo tanto, este proceso no es complicado, pero debe hacerse con seguridad; recuerde que está jugando con fuego. Tenga agua a mano y utilice gafas de seguridad y un respirador cuando cepille y engrase las tablas de revestimiento Shou sugi ban: el acabado exterior perfecto para cualquier diseño de casa sostenible y ecológico.